Durante la Misa Crismal en el Vaticano, el Pontífice pidió a los presbíteros ser pastores con “olor a oveja” y renovar su vocación como servidores del pueblo y no como funcionarios del poder.
Durante la Misa Crismal celebrada en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco exhortó a los sacerdotes a dejar atrás el clericalismo y vivir su vocación con cercanía al pueblo de Dios. En su homilía, subrayó la importancia de ser pastores con «olor a oveja», capaces de escuchar y acompañar con humildad y compasión.
El Pontífice advirtió que el clericalismo no solo aleja a los fieles, sino que también distorsiona la misión del sacerdote, convirtiéndolo en un funcionario más que en un servidor. Señaló que este enfoque rígido y autoritario impide el verdadero encuentro con las personas y con la gracia de Dios.
Francisco destacó que la verdadera autoridad sacerdotal nace del servicio, no del poder. Invitó a los presbíteros a renovar su compromiso con la unción recibida y a ejercer su ministerio con alegría, disponibilidad y apertura al Espíritu Santo. «No somos distribuidores de aceite en botella», afirmó, sino «ungidos para ungir».
Finalmente, el Papa recordó que todos los sacerdotes están llamados a caminar junto a sus comunidades, especialmente con los más necesitados y vulnerables. Animó a que su testimonio de vida inspire confianza, cercanía y esperanza en medio del pueblo, evitando toda forma de autosuficiencia o distancia.