Monseñor Jorge Pedro Carrión presidió la emotiva ceremonia, reflexionó sobre la resurrección de Cristo y exhortó a vivir la fe con mayor profundidad; adultos renovaron sus promesas bautismales en una noche de esperanza y luz.
Pasadas las 7:00 de la noche, en el atrio de la Basílica Menor de la Catedral de Puno, el obispo de la Diócesis de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, acompañado de sacerdotes y en presencia de decenas de peregrinos, realizó el encendido simbólico del fuego en la solemne Vigilia Pascual.
Dentro de la Basílica Menor de la Catedral de Puno, inicio la misa pascual, que fue presidiada por el obispo de la Diócesis de Puno, en ella el párroco de la Basílica Catedral de San Carlos Borromeo, Carlos Miguel Mestanza, leyó la Lectura del Santo Evangelio según San Lucas y pronuncio: “El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado».
Encontraron corrida la piedra del sepulcro y, entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes. Ellas quedaron despavoridas y con las caras mirando al suelo y ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado. Recuerden cómo les habló estando todavía en Galilea, cuando dijo que el hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores ser crucificado y al tercer día resucitar».
Y recordaron sus palabras, habiendo vuelto del sepulcro, anunciaron todo esto a los Once y a todos los demás. Eran María la Magdalena, Juana y María, la de Santiago. También las demás, que estaban con ellas, contaban esto mismo a los apóstoles, ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron, Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, ve solo los lienzos, y se volvió a su casa, admirándose de lo sucedido.
Posteriormente en su homilía monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, reflexiono sobre el evangelio diciendo; el evangelista nos invita a recordar que Jesús vive como lo ha anunciado siempre y no sólo debemos recordarlo, sino profundizar, adentrase en la palabra de Dios, es un proceso de fe y crecimiento para encontrarnos con el resucitado y es lo que nos cuesta, por eso a la fiesta de Pascua no le damos importancia, más recordamos el nacimiento de Jesús.
La segunda fase de la Vigilia Pascual, se centró en el sacramento del Bautismo, de la renovación de las promesas bautismales de un grupo de adultos. En ella monseñor dijo; “Oh Dios que realizas en tus sacramentos obras admirables, con tu poder invisible y de diversos modos, has de tu criatura el agua para significar la gracia del bautismo”, luego procedió a impartir este sacramento.
Monseñor procedió a esparcir el agua de pascua, porque renovamos nuestras promesas, y al recibir la luz de Cristo los bautizados, les indicó: “Ustedes han sido trasformados en la luz de Cristo, avancen siempre como hijos de la luz, a fin de que perseverando en la fe puedan salir con todos los santos al encuentro del señor”. Luego los bautizados participaron de la celebración de la eucaristía, de esta forma concluyo la solemne Vigilia Pascual.