Rechazan investigación en pro del ecosistema Titiqaqa


Lago Titicaca Puno
Foto: Lago Titicaca

Estamos ciertos que no es temor a la investigación de la calidad de aguas, sino que el miedo es por temor a que se descubran flagrancias en el manejo ambiental por parte de los habitantes de las islas de Los Uros

Una situación de abusivo privilegio en detrimento de los intereses generales de nuestra sociedad debe alertarnos como población consciente. El privilegio abusivo se refiere a las presiones indebidas que ejerce la colectividad de Uros – Chulluni mediante sus directivas, que han presionado a los funcionarios de la Autoridad Local del Agua para excluirse de los dispositivos que norman el desenvolvimiento de la sociedad regional en cuanto al control y preservación del ambiente.

¿Por qué nos referimos al tema de privilegios indebidos? Es el caso peligrosamente impune en el que ha incurrido la Autoridad Local del Agua ante las presiones de la dirigencia de la comunidad de las islas de Los Uros que por las condiciones turísticas que difunden y promueven sus habitantes y por el historial, siempre indeciso y nebuloso que los ampara, se creen y presumen ser grupos humanos favorecidos y por ello reclaman disposiciones especiales a su favor, porque suponen que son grupos diferenciados, tanto por su condición étnica, como por su cultura lacustre. Y la Autoridad Local del Agua transa, se asusta y actúa en favor de algo menor, olvidando su rol normativo y rehabilitador del ambiente.

La directiva de la comunidad de las islas de Los Uros piensa que la población flotante de las islas flotantes de Los Uros se arroga la condición de privilegio y exclusión de las leyes generales, que para ellos deben ser diferenciadas al no acatarlas y por ello, se catapultan a un escenario de privilegio que les hace creer que deben ostentar y usar ciertas gollerías como el derecho a vetar u oponerse a acciones de control ambiental e investigación ecológica.

A esa dirigencia de la comunidad de las Islas de Los Uros probablemente les sea molesta la investigación de la calidad de aguas que consumen que, obviamente, comprometen el equilibrio ambiental, pero a la que se oponen arguyendo que las investigaciones científicas les mortifican. Nos preguntamos: ¿Conocer la calidad de las aguas y la conservación del ambiente, de indudable beneficio y repercusión para toda la colectividad, le molesta a la dirigencia de las comunidades de las Islas de Los Uros? ¿Por qué oponerse y rechazar una intervención crítica en un ecosistema frágil y vulnerable como es la que se confronta en los lugares donde se han asentado e instalado los habitantes de las islas de Los Uros?

No olvidemos, que el abuso de derechos que ciertos grupos exigen a las autoridades en desmedro del interés general, cuando es consentido y da carta blanca a autonomismos contrarios al interés común, posibilitan que camine boyante y provocativo el privilegio. Todo eso ocasiona daño a la sociedad en general. Esas decisiones atentan contra los intereses mayoritarios de las colectividades al consentir que minorías sociales quebranten los valores del buen vivir y del sentido común. Esa tendencia prospera porque se encarama en privilegios, convirtiendo a la dirigencia aludida en opositora a la conservación ambiental y atentatoria del equilibrio ecológico.

Cuando ciertos grupos humanos se creen diferentes a sus congéneres y contemporáneos, las cosas adquieren un tinte oscuro. La Dirigencia de las islas de Los Uros debe aclarar si su oposición a la investigación de la calidad de aguas dispuesta por la Autoridad Local del Agua es porque les genera incomodidad en su laboreo turístico o es porque desean ocultar indebidos manejos inconsistentes, por ejemplo, de los residuos sólidos urbanos, en las excretas y demás combustible orgánico que a diario evacuan los habitantes de esas islas flotantes. No olvidemos que la contaminación antrópica es el principal causante del desequilibrio ambiental en el Titiqaqa, y que extrema su fragilidad. ¿Se pretende que las evacuaciones sobrenaden en su vecindad?

Estamos ciertos que no es temor a la ciencia, sino que el miedo es por temor a que se descubran flagrancias en el manejo ambiental. La sociedad puneña debe instar o presionar a la Autoridad Local del Agua para que proceda de inmediato y cautele los controles ambientales.