Con una inversión de 1.800 millones de dólares, el proyecto minero promete producir 120.000 toneladas de cobre anuales a partir de 2027
El Gobierno de Perú ha autorizado oficialmente el inicio de las actividades de explotación del proyecto cuprífero Tía María, ubicado en la región Arequipa. La Dirección General de Minería del Ministerio de Energía y Minas (Minem) otorgó la resolución que da luz verde a Southern Perú Copper Corporation, subsidiaria del Grupo México, para comenzar con la explotación de cobre en el distrito de Cocachacra, en la provincia de Islay.
Con una inversión proyectada de 1.800 millones de dólares, el proyecto tiene como objetivo producir 120.000 toneladas de cobre anuales a partir del año 2027, consolidándose como una de las iniciativas mineras más grandes y ambiciosas del país. La resolución oficial establece la obligación de que Southern Perú cumpla con todos los requisitos ambientales y de seguridad laboral necesarios para el desarrollo del proyecto.
El permiso abarca los derechos mineros en los sectores Chanca 919, Malena I, Malena III, Tía María 18, Tía María 19, Tía María 2 y Tía María 8, y viene acompañado de una serie de compromisos, tales como la implementación de los Instrumentos de Gestión Ambiental (IGA) que garantizan el cumplimiento de las normativas vigentes. Además, la compañía deberá seguir las disposiciones del Decreto Supremo 024-2016-EM, que regula la seguridad y salud ocupacional en el sector minero.
El impacto social y ambiental del proyecto
El proyecto Tía María ha sido históricamente un tema de debate debido a sus posibles efectos sobre el medio ambiente y las comunidades locales. A pesar de los cuestionamientos, la Dirección General de Minería concluyó que no es necesario un proceso de consulta previa, al determinar que no existen pueblos indígenas u originarios en el área de influencia directa del proyecto. Este argumento fue respaldado por el informe técnico emitido en 2021 por el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace).
Las autoridades también anunciaron que diversas entidades estatales, como Osinergmin, OEFA, Sunafil y Sucamec, se encargarán de la supervisión y fiscalización del proyecto para asegurar que se cumplan los compromisos legales, laborales y ambientales establecidos.
Expectativas económicas y controversias
La autorización del proyecto Tía María representa un paso significativo para la minería peruana, que se posiciona como uno de los motores de la economía nacional. La producción de cobre, que será de gran relevancia tanto para la economía regional de Arequipa como para el país en general, se espera que impulse el crecimiento económico de la zona, generando miles de empleos directos e indirectos.
Sin embargo, a pesar de las expectativas de desarrollo, el proyecto sigue siendo controversial debido a las preocupaciones de la comunidad sobre los posibles daños ambientales y los efectos que tendrá en las zonas aledañas. En los últimos años, se han dado protestas en la región de Islay, donde pobladores se han opuesto a la mina por miedo a la contaminación del agua y la alteración del entorno natural.
Un futuro incierto
A medida que se inician los trabajos en el proyecto Tía María, todas las miradas estarán puestas en su implementación y en cómo se gestionarán los desafíos sociales y ambientales que podrían surgir. La transparencia en la supervisión y el cumplimiento de las normativas será clave para evitar nuevos conflictos.