El sismo causó la destrucción de edificios y la pérdida de vidas, dejando a cientos de personas atrapadas y causando una crisis humanitaria en la región
Hoy viernes 28 de marzo, un potente terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar, afectando también a Tailandia y el suroeste de China. El epicentro se localizó a 16 kilómetros al norte de la ciudad birmana de Sagaing, cerca de Mandalay, lo que provocó una devastación masiva en varios países de la región.
En Myanmar, al menos 20 personas han muerto tras el colapso de una mezquita en Mandalay durante las oraciones del viernes, mientras que otras áreas también reportan grandes daños, incluyendo edificios derrumbados, grietas en las carreteras y estructuras colapsadas. El número exacto de víctimas aún se desconoce, pero se teme que las cifras sean elevadas, ya que los esfuerzos de rescate continúan.
En Bangkok, Tailandia, el terremoto también causó grandes daños, con el derrumbe de un rascacielos en construcción, dejando a al menos 70 personas atrapadas. Los equipos de rescate se han movilizado rápidamente, pero la situación sigue siendo crítica.
La comunidad internacional ha ofrecido asistencia, con India y Francia mostrando su disposición para ayudar a las naciones afectadas. Sin embargo, el acceso humanitario sigue siendo complicado en Myanmar debido a la situación política del país, que enfrenta un conflicto armado desde el golpe de Estado en 2021.
Amnistía Internacional ha instado al gobierno birmano a facilitar el acceso a la ayuda humanitaria para los afectados y garantizar que los derechos humanos se respeten en el proceso de rescate y recuperación.
