Titicaca: la vida de 3 millones de personas depende de un lago que se está secando


Foto: Liz Tasa

Por: Rocío Romero

El lago más alto del mundo, ubicado entre Perú y Bolivia, ha perdido más de medio metro de altura por la escasez de lluvias y por el aumento de la temperatura.

El lago Titicaca, el cuerpo de agua navegable más alto del mundo situado entre Perú y Bolivia, está experimentando una grave sequía debido a la escasez de lluvias y al aumento de la temperatura, en el contexto del cambio climático. Esta crisis está afectando profundamente a las comunidades locales que dependen del lago para su sustento. La superficie del lago se ha retirado de la orilla hasta dos kilómetros en algunas áreas y su nivel ha disminuido en promedio 60 centímetros desde abril, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi).

El embarcadero ubicado frente al centro poblado Uros Chulluni, hoy luce como un canal angosto con pocos centímetros de profundidad.

La pobladora Olimpia Duran, cuenta que el déficit está afectando a su familia y a las cinco mil personas que habitan ahí, la falta de lluvias ha alterado la producción de totora, una planta acuática utilizada para construir las islas flotantes donde viven algunas comunidades. Además, la sequía ha afectado la pesca y ha llevado a la disminución de especies nativas del lago como el carachi. La situación se agrava por el fenómeno climático de La Niña y El Niño, que han causado irregularidades en las lluvias y han impactado negativamente en la región.

Cada 15 días, Olimpia tiene que añadir totora sobre la superficie de su isla, pero ahora viaja casi tres horas a la profundidad del Titicaca para conseguirla. En todo el lago hay más de 60 mil hectáreas de totorales, que además de que los pobladores lo utilizan para construir viviendas, embarcaciones y artesanías para venderlas a los turistas, es el hábitat de al menos 20 tipos de peces y 35 especies de aves.

Se estima que antes de que acabe el año, el lago Titicaca podría disminuir 99 centímetros, una tendencia similar o peor a la de la sequía de 1982-1983. En aquella época varias de las familias que vivían en las islas de los Uros tuvieron que migrar porque no podían subsistir de la pesca ni de la caza que realizaban en el lago, Olimpia recuerda esa escena mientras estaciona su bote en Cota Uma (que traducido del aymara significa agua del lago), una de las 150 islas donde vive con su esposo y sus dos hijas en edad escolar.

A diferencia de otras islas donde las familias venden artesanías y reciben a turistas para explicarles su cultura, Cota Uma está desolada. Alrededor hay varias casas, pero están cerradas. Las otras seis familias que vivían allí se fueron hace seis meses en busca de trabajo porque el turismo ya no es rentable. No solo porque es más complicado conseguir totora para elaborar las artesanías, sino porque hay menos turistas a raíz de las restricciones de viajes por la pandemia de la covid-19 y luego por los abusos cometidos por la fuerza pública durante las protestas sociales en la región.

Olimpia lleva a turistas en su bote hacia las islas flotantes de los Uros, desde hace un año y medio, es la única forma que encontró de obtener dinero. Hay días en los que puede hacer hasta seis viajes, con dos a cuatro pasajeros, pero otros en los que con suerte llega a uno. Su esposo también se dedica al turismo y desde el centro de Puno le ayuda a conseguir pasajeros.

¿Por qué se están alterando las lluvias en el altiplano?

El lago Titicaca tiene tres fuentes de ingreso de agua. El 55% proviene de las lluvias, de entre noviembre y marzo de cada año. Sin embargo, en noviembre de 2022 llovió la décima parte de lo esperado y el resto de meses la tercera parte. Otro 44% del agua se debe a sus afluentes, como los ríos Ramis, Coata, Ilave, Huancané, Lampa y Cabanillas. El problema está en que también han sido golpeados por la escasez de lluvias y sólo han alcanzado entre el 41% y el 87% de sus caudales habituales. El 1% restante llega del subsuelo.

Además de los fenómenos de El Niño y La Niña, el Perú ahora atraviesa El Niño costero, que ocasiona el calentamiento de la superficie del agua en el Pacífico ecuatorial. Empezó en marzo y se espera que continúe hasta el verano de 2024.

Tres millones de personas dependen del Titicaca

Desde el 2014, la superficie del lago Titicaca se fue alejando de la orilla y con ello la posibilidad de los productores agropecuarios de alimentar mejor a sus animales. Si antes vendían una oveja a 250 soles hoy consiguen la mitad porque están flacas. Tampoco tienen agua para beber, les dan en baldes el agua potable que llega con restricciones a su casa (solo está disponible cinco horas en el día y cuatro horas en la noche).

La superficie del lago en esta zona también se está secando y algunos botes están abandonados entre el pasto seco. “Los han dejado allí porque sus dueños ya no pescan”, cuenta Mercedes, mientras desenreda una red y voltea a ver si su esposo está cerca. Cuando lo ve, deja todo sobre el suelo y va a su alcance para ayudarlo a bajar del bote y recibir la bolsa de trucha que ha pescado. Su rostro se desencaja al ver que solo hay dos pescado

La Autoridad Binacional del Lago Titicaca ha reportado una reducción de al menos 90% de peces nativos en la parte peruana y boliviana del lago, principalmente por la sobrepesca artesanal que también se realiza en épocas de veda. Aproximadamente el 30% se destina al consumo familiar y el restante a la venta en los mercados. Se estima que hay más de 5,000 personas que pescan indiscriminadamente y que están poniendo en riesgo de extinción a especies como el carachi, la boga, el suche y el mauri.

La contaminación, especialmente en el río Coata, uno de los afluentes del lago, está empeorando la situación. A pesar de estas dificultades, las autoridades aún no han implementado medidas concretas para abordar el problema de la contaminación ni han tomado medidas significativas para proteger el lago Titicaca y su ecosistema. La situación actual sirve como un llamado de atención para que los gobiernos tomen medidas urgentes para proteger este valioso recurso natural.