Periodista en Pataz, en exclusiva para Radio Onda Azul, reveló abandono estatal mientras crimen organizado avanza sin freno. Entre tanto el gobierno peruano reacciona tarde ante la ola de asesinatos
Tras el anuncio de la presidenta Dina Boluarte sobre el establecimiento de un toque de queda y control total de las Fuerzas Armadas en la provincia de Pataz, luego del secuestro y asesinato de 13 trabajadores de la minera La Poderosa, la situación en esta convulsionada zona continúa siendo tensa, marcada por el temor, el repudio ciudadano y la aparente ausencia de una acción estatal oportuna.
Desde la línea telefónica con Radio Onda Azul, el periodista local Abraham Torres ofreció un crudo testimonio de lo que se vive en Pataz, “toda la población está atemorizada. No solo por este secuestro y asesinato reciente, sino por una cadena de crímenes que ya venían ocurriendo en distritos como Tayabamba y Huaylillas”, detalló visiblemente temeroso.
Subrayó que, el alcalde provincial ha manifestado su preocupación, aunque se le percibe también “atemorizado” por el crecimiento de la violencia en la zona. Según Torres, hace apenas dos semanas se registraron otros dos asesinatos en Tayabamba, lo que refleja un patrón de criminalidad en crecimiento.
La provincia de Pataz es ampliamente dependiente de la minería, una actividad que, según el periodista, involucra entre el 95% y 96% de su población. Sin embargo, la presencia de organizaciones criminales vinculadas a la minería ilegal ha exacerbado los conflictos y generado un clima de constante inseguridad.
“Muchas personas vienen solo a trabajar, pero terminan desaparecidas. Las bandas criminales tienen armas de guerra, lo que asusta a toda la población”, declaró.
Asimismo, cuestionó al Gobierno Nacional como las autoridades regionales, quienes en su momento no realizaron ninguna acción para prevenir esta masacre. Incluso relató que, mientras los trabajadores estaban secuestrados, el gobernador regional de La Libertad se encontraba participando en fiestas en la misma provincia, sin mostrar mayor preocupación por lo ocurrido.