Vecinos del barrio Machallata denuncian que solo reciben agua una o dos veces por semana y deben sobrevivir con agua de lluvia, mientras EMSA Puno no brinda una solución efectiva a la prolongada escasez que afecta su salud y calidad de vida
“El agua se seca y apenas sobrevivimos con agua de lluvia”, expresó con indignación Merna Vázquez, vecina del jirón Azángaro en el barrio Machallata, al referirse a la crítica situación que atraviesan los moradores por la falta de agua potable. Según indicó, el servicio solo llega una o dos veces por semana, obligándolos a almacenar y reutilizar el agua de lluvia para cubrir sus necesidades básicas.
Hace un mes, Radio Onda Azul verificó la deficiencia en el suministro del recurso hídrico en esta zona de la ciudad, constatando que la problemática continúa sin mejoras. Pese a los reclamos constantes y memoriales dirigidos a EMSA Puno, la empresa prestadora apenas ha enviado cisternas a los jirones Santuario y Chirihuanos, dejando en el olvido a los vecinos del jirón Azángaro.
Los pobladores exigen a la entidad responsable una solución inmediata y un plan de distribución equitativo, ya que la escasez de agua no solo afecta su salud y limpieza, sino también la convivencia diaria de decenas de familias que, según denuncian, sienten que el municipio y EMSA Puno los han abandonado.
