La falta de un plan de desarrollo agrícola, el impacto del cambio climático y la fragmentación de los productores ponen en riesgo la seguridad alimentaria y el liderazgo exportador de la región.
La región de Puno atraviesa una de sus peores crisis agrícolas de los últimos años, ya que al menos el 80% de la producción de granos andinos, principalmente quinua, se ha perdido en la última campaña agrícola. A ello se le suma la falta de un plan de desarrollo regional que prevenga estas pérdidas expone la vulnerabilidad del sector y pone en riesgo la seguridad alimentaria y económica de miles de familias campesinas, según informó Eusebio Chura Parisaca, presidente de la Mesa Técnica de Granos Andinos.
Al respecto señaló que, todas las variedades de quinua han sido afectadas por factores climáticos y plagas, dejando a los productores sin capacidad de respuesta, “estamos frente a una pérdida histórica que no solo afecta a los agricultores, sino también a la imagen de Puno como región productora y exportadora”, advirtió.
Asimismo, precisó que a esta situación se suma que Puno ya no lidera la exportación internacional ya que actualmente son 72 países los que compiten en el mercado, debilitando la posición que la región ocupaba como principal exportadora de quinua.
Además, mencionó que la crisis también revela una debilidad estructural ya que los más de 45 mil agricultores puneños dedicados a la producción de granos andinos, apenas 5 mil están organizados en asociaciones o cooperativas, “esta fragmentación limita el acceso a créditos, asistencia técnica y a canales de comercialización que permitan enfrentar las pérdidas y recuperar competitividad”, dijo.
Finalmente advirtieron que, sin un plan regional de desarrollo agrícola, las pérdidas podrían volverse recurrentes, comprometiendo la sostenibilidad de la producción de granos andinos que han dado identidad y sustento a Puno durante siglos.