Crisis en Machu Picchu genera incertidumbre en el turismo nacional e internacional, advierte operador turístico Luis Salvador.
En diálogo con Radio Onda Azul, el operador de turismo Luis Salvador advirtió que la actual crisis en Machu Picchu está afectando no solo la imagen del Cusco, sino la del Perú en su conjunto. Explicó que miles de visitantes nacionales e internacionales llegan con la expectativa de conocer la ciudadela inca, considerada una de las maravillas del mundo, pero se encuentran con conflictos políticos, concesiones cuestionadas y limitaciones de acceso que terminan convirtiendo su experiencia en una decepción.
El especialista recordó que la suspensión de ingresos a Machu Picchu no solo golpea a quienes ya tenían boletos reservados, sino que también desalienta a futuros turistas que planeaban visitar el Perú. Este efecto, dijo, impacta directamente en corredores turísticos como Cusco–Arequipa–Puno, donde el flujo de visitantes depende en gran medida del atractivo principal que representa la ciudadela inca.
Asimismo, señaló que el problema de fondo radica en la pugna por el control del transporte hacia el santuario, tras el vencimiento del contrato de la empresa Concetur, que operó durante 30 años. A ello se suman cuestionamientos sobre la venta de boletos y la limitada capacidad de carga que ha establecido la Unesco. En este escenario, advirtió, el país corre el riesgo de “matar a la gallina de los huevos de oro” si no se logra un consenso real entre autoridades, operadores turísticos y comunidades.
Finalmente, resaltó que el Perú no debe depender únicamente de Machu Picchu para sostener su economía turística, por lo que propuso impulsar alternativas como Choquequirao, el Lago Titicaca, la Colca o la oferta cultural y gastronómica de diferentes regiones, con el fin de diversificar el destino y no repetir los mismos errores. “El turismo es sensible, y si un visitante regresa decepcionado, la mala experiencia se multiplica en el extranjero”, puntualizó.