Monseñor Jorge Carrión instó a renovar el compromiso espiritual y cuestionó el tiempo y espacio que los fieles dedican a Dios en esta Semana Santa.
El obispo de la Diócesis de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlish, presidió la Misa Crismal en la Basílica Menor de la Catedral de Puno, celebración en la que se recordó la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. A la ceremonia asistieron sacerdotes de toda la Diócesis de Puno. Durante su homilía, el obispo remarcó que los sacerdotes deben mantener su lealtad, transparencia y fidelidad a Cristo, afirmando: “Nos debemos solo a Él y no a las circunstancias por las que atravesamos”.
Recordó que, todos los sacerdotes han sido elegidos por voluntad propia y no ha sido fruto de las intenciones o decisiones originadas en las perspectivas intensiones o pretensiones.
De la misma forma, recordó que Cristo Jesús es el centro de nuestra vida, “él es el principio y el fundamento de nuestra vida, en él no puede haber cosas, espacios o tiempos que interfieran esa relación”, indicó el obispo de Puno; quien también preguntó: ¿cómo respondemos cada uno de nosotros a esa pertenencia a Dios, en palabra y en obra?
Recordó que una amistad puede llevarnos al fracaso y a la traición, al igual que una cosa sobrevalorada. Lamentó que el espacio que deberíamos dedicar a Dios lo dedicamos a otras cosas.
Manifestó que, San Juan nos recuerda que la misión cristiana no se aplica al mundo como tal, sino aquellos que en el mundo son entregados a Cristo por el padre, “es decir, a los elegidos y llamados a la fe”, puntualizó monseñor Jorge Carrión. En esta Semana Santa dijo que es necesario plantearse como cristianos católicos si pertenecemos al Dios o al mundo.
