Robert Francis Prevost es elegido Papa y adopta el nombre de León XIV


Papa León XIV, Robert Francis Prevost
Papa León XIV, Robert Francis Prevost

El nuevo pontífice estadounidense apuesta por una Iglesia sinodal, reformadora y cercana a los más vulnerables, con un llamado a la paz, la justicia y el diálogo desde su primer mensaje como líder de la Iglesia Católica.

El 8 de mayo de 2025, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Nacido en Chicago en 1955, Prevost tiene raíces franco-italianas y españolas, y destaca por su formación académica en matemáticas, filosofía y teología, así como por su dominio de múltiples idiomas. Fue ordenado sacerdote a los 26 años y desempeñó una importante labor misionera en Perú, siendo obispo de Chiclayo desde 2014 hasta su nombramiento en el Vaticano en enero de 2025 por el Papa Francisco. Antes de su elección como Papa, se desempeñó como prefecto del Dicasterio para los Obispos. Su liderazgo se enfocará en continuar las reformas de transparencia y lucha contra el abuso sexual impulsadas por su predecesor, así como abordar desafíos internos como la crisis de vocaciones y la creciente secularización.

En su primer mensaje como Papa León XIV, Robert Francis Prevost hizo un llamado a la paz, la unidad, la justicia, la inclusión y el diálogo, pidiendo a los fieles: “Ayudadnos a construir puentes”. Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el nuevo pontífice, vestido con símbolos papales tradicionales, subrayó una visión de Iglesia sinodal y misionera, cercana a los que sufren. Habló también en español, dirigiéndose con afecto a la diócesis de Chiclayo, Perú, donde trabajó por décadas como misionero y obispo. En su discurso, recordó con cariño a su predecesor, el papa Francisco, agradeciéndole su legado reformador. Convocó a los cardenales y fieles a trabajar juntos sin miedo para anunciar el Evangelio y vivir la caridad. Concluyó su intervención rezando el Ave María por la paz mundial y el bienestar de la Iglesia.

El concepto de una Iglesia «sinodal» fue central en su discurso inaugural. Esta noción, que significa «caminar juntos», representa una Iglesia participativa, abierta y misionera, lejos de la burocracia y los formalismos. León XIV expresó su deseo de una Iglesia que construya puentes, busque la caridad y camine con todos hacia un futuro común. Su enfoque ha sido bien recibido por los fieles, aunque genera críticas entre los sectores más conservadores.