Adicción nomofóbica


Adicción al móvil
Foto: Adicción al móvil

Trastorno que los expertos han calificado como la enfermedad del siglo XXI – enfermedad tecnológica, una patología que produce dependencia y que está asociada a una enfermedad psicológica y física.

Por: José Calisaya

En 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS), publica como alerta mundial la enfermedad de la adicción nomofóbica como una patología mental; los expertos alertan la creciente dependencia hacia este pequeño dispositivo electrónico desde la aparición de los smartphones. Los informes alarmantes de la OMS refieren que, los usuarios de móviles en el mundo ascienden a 5,8 mil millones, lo que supone que el 74% de la población mundial usan este dispositivo. El móvil se ha convertido en un aparato indispensable en nuestras vidas, llevamos ahí nuestra agenda, acceso al correo electrónico, a la actualidad mundial y a la fuente de información infinita que es Internet. El 68% de los usuarios mira su móvil en los primeros 5 minutos tras despertarse y el 82% de los usuarios lo miran al menos una vez por hora, siendo más del 64% los que lo comprueban varias veces a la hora, que consecuentemente predispone a las personas a una situación de dependencia y adicción.

Esta adicción llamada nomofobia consiste en el miedo irracional a no tener el móvil o a estar incomunicado al Internet, es un trastorno que los expertos han calificado como la enfermedad del siglo XXI – enfermedad tecnológica, una patología que produce dependencia y que está asociada a una enfermedad psicológica y física.

1.1.1 Características de personas nomofóbicas

1.1.2 La adicción al móvil ocasiona la baja autoestima, inseguridad, dependencia absoluta hacia los demás, porque aparentemente encuentran en el móvil una manera de estar presentes en su círculo social. La adicción provoca un trastorno que está asociado a un supuesto perfeccionismo, ya que las personas que lo padecen sienten la necesidad de actuar sin cometer ni un solo fallo. Por ejemplo, cuando no tienen el móvil a la mano, automáticamente sienten que están incomunicados, desvinculados, generando una actitud de decepción, miedo, estrés, tienen un comportamiento sensible en su estado emocional.

Adam Alter, psicólogo de la Universidad de Nueva York, ha investigado profusamente el impacto de la nomofobia en los adolescentes, confirma que toda persona está expuesta a sufrir nomofobia, pero potencialmente estos trastornos afectan a los niños, sobre todo los adolescentes del grupo de entre 14 y 18 años con mayor prevalencia, porque sienten una gran necesidad de ser aceptados por los demás y están más familiarizados con las nuevas tecnologías que las personas mayores.

En nuestra realidad, somos testigos del incremento de estos trastornos provocados por el celular, observamos que los adolescentes y jóvenes están cada vez más tiempo encerrados en su habitación con su teléfono celular y/o conectados a las pantallas multimedia, jugando en red con la falsa ilusión de que están interactuando socialmente, cuando en realidad se aíslan cada vez más y esto acentúa el problema.

En las instituciones educativas prohíben el uso de los celulares; sin embargo, no existe ley alguna sobre el caso. El presente año recién la comisión de Educación del Congreso tiene en agenda el proyecto de Ley que prohíbe el uso de celulares en instituciones de educación básica regular: pública y privada, durante el dictado de clases, a fin de reducir la exposición excesiva de estudiantes al internet, luchar contra el ciberbullying en los colegios, reducir la incidencia de enfermedades mentales entre los estudiantes.

¿Frente a este contexto, es posible controlar esta adicción?, si es posible: “la prevención” debe partir de la casa, de la familia para evitar que el uso excesivo de los teléfonos móviles; en la familia se debe implementar las normas de uso de los celulares, principalmente usando el “control parental” en los dispositivos de sus hijos; como sugerencia se plantean algunos:

  • Desinstalar aplicaciones que consideremos que nos hacen perder el tiempo, como las redes sociales abiertas (tik tok y twitter), juegos que no apoyan al desarrollo mental, etc.
  • No utilizarlo en las comidas.
  • Silenciar las notificaciones.
  • Establecer horas determinadas de uso y disminuir el tiempo progresivamente.
  • No usar si estamos en familia, charlando, comiendo, estudiando.
  • Hacer pequeñas salidas a la calle sin celular.

Hoy podría ser el momento para hacer el compromiso en usar saludablemente las tecnologías; es tiempo de frenar ese síndrome – enfermedad y evitar los tratamientos extremos del uso de fármacos para calmar la ansiedad, cervicalgia, insomnio, depresión.