Un gesto ritual que marca el final del pontificado y protege la autenticidad de la Iglesia
El Vaticano ha confirmado este martes la anulación del Anillo del Pescador del papa Francisco, dieciséis días después de su fallecimiento, como parte de un ritual solemne que marca el fin oficial de su pontificado. El procedimiento, establecido por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, busca impedir el uso indebido de los sellos papales tras la muerte de un pontífice.
El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó que los cardenales reunidos en las congregaciones generales previas al cónclave decidieron los plazos para este acto, que incluye también la destrucción de los sellos oficiales con los que Francisco autenticaba sus documentos. El anillo fue anulado marcando una cruz sobre su superficie, un gesto simbólico de la clausura del poder papal que ahora se encuentra en «sede vacante».
El anillo y el palio —símbolos del poder del Sucesor de Pedro— serán entregados al nuevo papa durante la misa de inicio de su pontificado. Hasta entonces, los apartamentos papales permanecerán clausurados, a la espera de su sucesor, cuya elección comenzará mañana con el cónclave en la Capilla Sixtina.
Este acto no solo representa el cierre de un ciclo, sino también la protección de la autenticidad y legitimidad de la autoridad eclesiástica en el período de transición.
