Informe detecta falta de equipamiento vital, ausencia de cubículos de aislamiento y fallas eléctricas que ponen en riesgo la atención de pacientes críticos adultos y pediátricos.
La Contraloría General de la República alertó graves deficiencias en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y UCI Pediátrica Oncológica del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), tras una supervisión realizada entre julio y agosto de 2025. El informe identificó cinco situaciones de riesgo que comprometen la atención de pacientes adultos y pediátricos en estado crítico. Entre las principales observaciones se encuentra la falta de equipamiento vital, como una central de monitoreo, marcapasos temporal, broncoscopio rígido y analizador de electrolitos, lo que limita la capacidad de respuesta en emergencias como paros cardiorrespiratorios o sepsis. Además, 34 bombas de infusión de doble canal y 26 bombas de infusión de jeringa no han recibido mantenimiento desde diciembre de 2023, lo que representa un grave riesgo en la administración de medicamentos.
Otro hallazgo crítico fue la ausencia de cubículos de aislamiento en la UCI Pediátrica Oncológica, a pesar de que la normativa lo exige. Durante la visita, la Contraloría comprobó que el ambiente destinado para este fin estaba siendo usado como almacén de camillas, ventiladores mecánicos y bombas de infusión. La dirección del INEN admitió esta carencia y señaló que, en caso de presentarse un paciente con enfermedades infectocontagiosas, sería derivado a otro pabellón, aunque aseguró que se realizan gestiones para liberar progresivamente el espacio. Asimismo, el informe cuestionó la programación de turnos que incluyó a 14 médicos generales, de los cuales tres no cuentan con Registro Nacional de Especialista, lo que podría afectar la validez de la atención en pacientes críticos.
Finalmente, la Contraloría detectó deficiencias en las instalaciones eléctricas de las UCI, como el uso de extensiones y adaptaciones inadecuadas de tomacorrientes para conectar equipos biomédicos. Esta situación, advierte, podría ocasionar sobrecalentamientos, cortocircuitos o fallas que pongan en riesgo la seguridad de pacientes, personal y familiares, además de afectar la operatividad de equipos esenciales. Ante estas observaciones, el organismo de control concluyó que las falencias detectadas amenazan la calidad, continuidad y seguridad de la atención en uno de los principales centros oncológicos del país.