Especialistas advierten que el aumento del déficit fiscal y los cambios en el IGV podrían traer más inflación, menos inversión y recortes sociales
El economista César García, de la Red de Estudios para el Desarrollo, advirtió sobre las recientes decisiones del gobierno respecto a la política fiscal. Una de ellas es la propuesta de elevar el tope del déficit fiscal de 2.2% a 2.8% del PBI, y la otra, modificar la distribución del Impuesto General a las Ventas (IGV), disminuyendo la participación del gobierno central y aumentando la asignación para las municipalidades.
“Debemos entender el déficit fiscal como cuando el Estado gasta más de lo que recauda, algo similar a una familia que gasta más de lo que gana”, explicó y aclaró que tener cierto nivel de déficit no es malo en sí mismo, sobre todo en tiempos de crisis. La clave está en que este déficit esté planificado y sea sostenible.
“El problema es cuando se anuncian metas fiscales y luego se incumplen, como ocurrió el año pasado. Eso afecta la credibilidad del país y puede tener consecuencias como el aumento del costo de la deuda externa, menor inversión privada y hasta mayor inflación”, señaló.
Dijo que un mayor déficit sin planificación puede llevar a recortes en sectores sociales clave como salud, educación o programas sociales como Pensión 65. Asimismo, señaló que la falta de sustento técnico en diversas normas aprobadas por el Congreso y el Ejecutivo agrava la situación fiscal del país.
“Gastamos sin un rumbo claro y sin priorizar adecuadamente. Los recursos del Estado son escasos y hay que usarlos de forma planificada e inteligente; de lo contrario, seguiremos hipotecando el futuro del país”, finalizó.