“Si tu vida no apunta a algo más trascendental como es la santidad de vida, entonces que, sentido tiene vivirla”, dijo Carlos Miguel Mestanza.
El sacerdote de la Diócesis San Carlos Borromeo de Puno, Carlos Miguel Mestanza, a través del programa Participación Ciudadana, reflexionó en esta Semana Santa, sobre el poder de la fe, la esperanza y la entrega con nuestro señor Jesucristo, así como con nuestro Padre Celestial, sin embargo, también se refirió a las cosas negativas de la vida, principalmente la avaricia o codicia por las cosas superficiales y momentáneas que queremos conseguir o poseer.
En ese contexto recordó al apóstol Judas Iscariote, quien bajo el dominio del maligno se dejó dominar por la avaricia del dinero, en los días previos a este episodio de la traición, en el pueblo de Betania, cuando y los apóstoles se disponía a descansar, María, hecho a los pies del hijo de Dios, el perfume de nardo, pero Judas en ese momento le preguntó por qué no vendió ese frasco para entregárselo a los pobres, y es que según la explicación del evangelio, se dice que el referido apóstol era el encargado de llevar la bolsa de dinero, pero al tener el corazón perturbado por la avaricia pretendía quedarse con ese dinero.
“¿Y por qué Jesús no detuvo a Judas?, porque Jesús, además de saber cuál era su propósito en la tierra, nos quería enseñar también sobre la libertad que nuestro padre nos ha regalado, lo que involucra que los seres humanos escojamos si tomamos el camino del bien o del mal”, dijo.
En este sentido, reflexionó que, actualmente muchas personas creen haber alcanzado la felicidad cubriéndose de las cosas materiales que se puede tener en esta vida terrenal, pero en el camino nos vamos olvidando de lo realmente esencial de la vida, el tener un propósito de amor que Dios nos va mostrando, “si tu vida no apunta a algo más trascendental como es la santidad de vida, entonces que, sentido tiene vivirla”, reflexionó.
