En la solemne misa de octava en honor a la Virgen de la Candelaria, obispo pide a los gobernantes, dejar de lado sus ambiciones, para renovar la sociedad


Hoy en el atrio del templo San Juan Bautista de la ciudad de Puno, se realizó la Solemne Misa de Octava de la Fiesta en honor a la Santísima Virgen María de la Candelaria. La celebración eucarística estuvo presidida por el obispo de la diócesis San Carlos Borromeo de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich

En el inicio de la solemne misa, se citó el libro de Genesis, en donde se relata que Dios fue creador del mundo y el primer elemento que ideó fue la luz.  “María es la portadora de la luz, que es Jesús y eso recordamos hoy”, dijo el obispo de Puno.

De acuerdo al evangelio de San Lucas, María presenta a Jesús en el templo y es Simeón quien profesa que el niño es la luz del mundo y la luz de las naciones. La actitud de María nos invita a descubrir en nuestra existencia, el bien y el mal.

Durante la homilía, monseñor Jorge Pedro Carrión, dijo que el problema actual en el país, es la corrupción en todos los niveles del Estado y este problema, solo será eliminado si permitimos que la Luz de Cristo nos ilumine.

Puso como ejemplo la lámpara, que debe ser encendida y limpiada, para que alumbre o brille con intensidad. Lo mismo ocurre en nuestra vida, todos debemos llevar una lámpara en la mano, en el corazón y en la boca, ya que solo así, seremos capaces de iluminarnos e iluminar al prójimo.

También se refirió a la coyuntura política que atraviesa el país. “Tenemos un cuarto gabinete en 6 meses y es posible que no dure mucho, la razón es porque no nos dejamos iluminar por Dios, para ver nuestras deficiencias” dijo.

En otro momento, cuestionó el uso de la imagen de la Virgen de la Candelaria en una propaganda de la empresa Backus. “La virgen no es objeto de propaganda de alcohol, para beneficio económico de ciertos grupos de poder”, puntualizó.

Finalmente, pidió a los feligreses y devotos, aceptar el reto de María, que consiste en encender la lámpara que esta apagada dentro de cada uno, para que brille y alumbre nuestra vida y de los demás. Que esa luz nos alcance a todos, principalmente a los gobernantes para que dejen de lado sus ambiciones, y así renovar nuestra sociedad.