En Vilque la feria de Pentecostés duraba 90 días y devotos extranjeros visitaban el lugar


Cumpliendo con las medidas de bioseguridad ayer se realizó el día central de la tradicional Feria de Pentecostés en Vilque. La actividad se desarrolló en honor al Espíritu Santo y al Señor del Vilque.

Según la historia de esta actividad costumbrista, que data de tiempos de la colonia, la Feria de Pentecostés tenía una duración promedio de 90 días, muy valorada en toda Sudamérica. El lugar era visitado por comerciantes de países como Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Chile, quienes tenían mucha fe al Señor de Vilque y recordaban en medio de júbilo comercial al Espíritu Santo.

Con la actividad comercial que trascendió en su momento, a Vilque, se le conocía como la Ciudad Ferial del Perú. Sin embargo, con el pasar de los años y especialmente cuando se aperturó el ferrocarril del sur por Juliaca, esta feria sufre su decadencia.

Es así que ayer y en tiempo de pandemia, solo para no perder la tradición, arribaron a Vilque, algunos comerciantes de la región; especialmente comerciantes de Pucará e Ichuña (Moquegua).

Personas de la tercera edad lamentan que quienes se dedican al comercio, ya no aceptan el tradicional trueque entre productos. En tanto, en los años anteriores el trueque era una práctica muy común entre los comerciantes y pobladores de la zona.

En años anteriores, se hacía intercambio o se comercializaba el caballo, burro y mula por millares. Ahora, solo se venden productos conocidos en ferias de la región Puno. 

Por: Marcelino Flores, corresponsal ROA.