Administración Trump ordena identificar y anular acuerdos con la universidad por acusaciones de antisemitismo, falta de cooperación y “valores liberales”
El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del expresidente Donald Trump, anunció este martes su intención de cancelar todos los contratos federales existentes con la Universidad de Harvard, intensificando así el enfrentamiento con una de las instituciones académicas más prestigiosas del mundo. Un alto funcionario, que pidió no ser identificado, confirmó que hoy se enviará una carta a todas las agencias federales solicitando que identifiquen y evalúen la posibilidad de anular o redirigir dichos contratos.
Los contratos en cuestión, según estimaciones de medios estadounidenses, podrían alcanzar los 100 millones de dólares. La medida representa un quiebre histórico en las relaciones entre el gobierno federal y Harvard, fundada en 1636 y considerada una potencia global en investigación y educación superior.
La administración Trump acusa a Harvard de permitir un clima de antisemitismo en el campus, de negarse a someterse a supervisión gubernamental en la contratación de profesores y la admisión de estudiantes, y de fomentar una agenda “liberal”. En este contexto, también se han congelado miles de millones de dólares en subvenciones y se ha intentado restringir la presencia de estudiantes internacionales.
Trump ha intensificado su retórica en redes sociales, calificando a algunos estudiantes extranjeros de “lunáticos radicalizados” y “alborotadores”. Además, la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, revocó la capacidad de la universidad para matricular a estudiantes extranjeros, dejando en incertidumbre el futuro académico de miles de ellos.
Por su parte, Harvard ha rechazado las acusaciones y sostiene que las acciones del gobierno son inconstitucionales y amenazan con paralizar su funcionamiento. La universidad ha prometido defender su autonomía institucional ante lo que considera un ataque político sin precedentes.
El conflicto plantea serias implicancias para el sistema de educación superior en EE. UU., especialmente en lo que respecta a la libertad académica, la internacionalización de las universidades y el papel del gobierno en las decisiones internas de las instituciones educativas.