Amparo Pilco destaca su significado más allá de Puno, resaltando su trascendencia espiritual para todos los creyentes
Amparo Pilco, agente pastoral de Puno, recordó que la festividad de la Cruz no es exclusiva de la región altiplánica, sino una celebración profundamente arraigada en diversos países de América Latina e Iberoamérica. Explicó que, para las antiguas culturas romanas, la cruz representaba la muerte, pero a partir de la crucifixión y resurrección de Cristo, adquirió un nuevo significado: el de salvación y vida para los creyentes.
Destacó el relato de Santa Elena, madre del emperador Constantino, quien, según la tradición, encontró la cruz de Cristo y fue sanada milagrosamente, lo que fortaleció su fe. Desde entonces, aseguró, la cruz se convirtió para muchos en un símbolo de victoria, lejos del antiguo estigma de opresión. “Cristo derrotó a la muerte en la cruz, y desde ese momento dejó de ser un emblema de condena para convertirse en signo de esperanza”, afirmó.
Finalmente, lamentó que, en la actualidad, algunas personas desvirtúen el verdadero sentido de esta celebración, recurriendo a prácticas que no están relacionadas con el mensaje cristiano. “Si creemos en la resurrección, esa cruz será algo especial para nosotros”, señaló la agente pastoral, quien también invitó a los fieles a recuperar el valor espiritual de esta tradición.