El padre Gabriel Castañeda exhorta a los fieles a equilibrar la oración con acciones concretas de fe
El párroco del templo San Juan Bautista de Puno, Gabriel Alejandro Castañeda López, celebró este domingo la Santa Misa en el Santuario de la Virgen de la Candelaria. En su homilía, explicó la importancia de equilibrar nuestras acciones entre la oración y la contemplación. Aclaró que el buen cristiano no solo debe orar en demasía, sino también debe poner en práctica lo que dice la oración.
“No está bien orar mucho sin hacer nada por el prójimo; de igual forma, no está bien hacer toda la vida el bien sin oración. Aquí tiene que haber un equilibrio: es importante la oración, pero también la contemplación”, meditó en su enseñanza.
Asimismo, dijo que, como buenos discípulos o bautizados, no solo debemos escuchar la Palabra de Dios, sino también ponerla en práctica, así como lo hizo María, la Virgen; llevó en el corazón la Palabra de Dios, pero también la puso en práctica. “A veces es comprensible que, por una situación de edad, ya no se puedan hacer muchas cosas por el prójimo o la familia, pero se puede hacer mucha oración”, explicó el párroco.
También llamó a los jóvenes, que por su fuerza pueden escuchar la Palabra de Dios y, al mismo tiempo, ponerla en práctica.
Castañeda López reiteró la importancia de la oración, pero también de la contemplación: “No se trata únicamente de rezar un Padre Nuestro, sino de buscar una intimidad con el Señor. Él nos invita a escucharlo, a contemplarlo y a sentir su presencia. Él quiere que lo recibamos en nuestros corazones. También estamos invitados a abrir nuestros corazones y permitir que Él entre en nuestras vidas”, explicó.
Finalmente, recordó que el Evangelio del domingo nos invita a comprender la importancia de servir a la familia, al prójimo y en todos los quehaceres de la vida: “Ahí podemos encontrar la presencia de Dios, pero también tenemos que dejar que su palabra toque nuestros corazones para un verdadero cambio y una verdadera transformación. Pidamos siempre su gracia, su sabiduría y su fortaleza, y sirvamos al Señor”, concluyó.