“El Perú es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende”, obispos del Perú, invitan a la ciudadanía a recoger este anhelo para construir juntos una República libre, inclusiva y soberana
En el aniversario de la gesta libertaria que hace 201 años culminó con nuestra independencia, los Obispos del Perú saludan a los hombres y mujeres de la Patria, con las palabras de Don José de San Martín, en 1821: “El Perú es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende”, y los invitan a recoger este anhelo para construir juntos una República libre, inclusiva y soberana.
1. El Perú es un poliedro de culturas que, con sus matices particulares, interactúan entre sí para conformar nuestra gran Nación. El variado folklore de cada región del país expresa la manera diversa y armoniosa de ser peruanos. Las diversas idiosincrasias, lenguas y costumbres que llamamos “lo nuestro” de la costa, la sierra o la selva se tejen en un solo lienzo: la peruanidad.
2. Somos una nación heredera de un pasado grandioso. Crecemos fortaleciendo el orden, la legalidad, la institucionalidad y un Estado social de Derecho. Amamos la democracia y la consolidamos cuando los Poderes del Estado y el Sistema de Justicia asumen la responsabilidad que les ha confiado la Constitución, para lograr una vida digna para todos, especialmente para los más débiles y vulnerables. La lucha contra la corrupción sigue siendo una tarea ineludible si queremos seguir consolidando una República para todos.
3. Somos uno de los cuatro países con la mayor biodiversidad del planeta; atesora nuestra cordillera de los Andes los principales depósitos minerales en el mundo; se esconden entre valles y montañas la belleza y el encanto de nuestro suelo patrio: cuna de antiguas civilizaciones y crisol de la libertad de nuestro continente. ¡El Perú es un regalo de Dios para todos los peruanos!
4. La pandemia, que ha remecido el mundo y también a nuestra Patria, nos ha enseñado que debemos apostar por mejorar los servicios públicos básicos en salud, educación, alimentación, y trabajo, principalmente para los más pobres. Hemos aprendido que solamente juntos podemos vivir en paz, en libertad y encaminarnos a un verdadero Desarrollo Humano Integral y sostenible.
5. “¡No podemos dejarnos robar la esperanza!” Seamos constructores, artesanos de un Perú para todos los peruanos, de una sola familia unida por la fe en el Dios de la Vida y en el abrazo fraterno sin discriminaciones; aceptemos el desafío de la historia: construyamos un Gran Perú, noble ideal que solo podemos realizarlo nosotros los peruanos.
Fuente: Conferencia Episcopal Peruana
