Por: Flor Angela Quispe Calsin – Alex Pacosonco
“Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!». Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar”.
En esta segunda estación del Vía Crucis, donde Jesús carga la cruz, contemplamos la realidad que les ha tocado vivir a las diferentes familias en el mundo, en un contexto de pandemia.
Cargar la cruz, algo que le tocó vivir a Jesús y que aun hoy en día todos experimentamos, más aún durante la pandemia…
Para el señor Mario Noriega, bachiller en teología, tras la crisis afrontada por las familias en la pandemia, ingresamos a una etapa en la que redescubrimos que cada uno es una esperanza para la familia y la sociedad
La cruz a través de esas dificultades que tocó sopesar en cada familia… sin embargo, en algunos casos y de manera favorable, supieron reinventarse en el afán de proteger a sus prójimos, tal como reflexiona el Papa Francisco
