Desde la clandestinidad, el exgobernador de Junín envía un mensaje a sus seguidores, reafirmando su lucha política.
En un mensaje difundido desde su escondite, Vladimir Cerrón, exgobernador de Junín y líder del partido Perú Libre, conmemora un año desde que se convirtió en prófugo de la justicia, Cerrón enfrenta diversas acusaciones relacionadas con corrupción y lavado de activos, su decisión de permanecer en la clandestinidad refleja una estrategia política que busca mantener su relevancia dentro de su partido y entre sus seguidores.
A lo largo de este año, Cerrón ha mantenido un perfil bajo, evitando la captura mientras sigue activo en la política peruana. A pesar de su situación legal, ha logrado mantenerse relevante en el discurso político, utilizando las redes sociales como plataforma para comunicar sus ideas y estrategias. Su capacidad para movilizar a sus bases demuestra la lealtad que aún conserva entre sus simpatizantes, quienes consideran su caso como un ejemplo de lucha contra un sistema que perciben como corrupto.
La celebración de Cerrón como prófugo plantea interrogantes sobre el estado de la justicia en Perú y la impunidad en el ámbito político. Mientras algunos sectores lo ven como un fugitivo que evade la ley, otros lo consideran un mártir de una causa mayor. Este dilema resalta las divisiones profundas en la sociedad peruana, donde la política y la justicia a menudo se entrelazan de maneras complejas y controvertidas.