El bombardeo al hospital Al-Ahli intensifica la crisis humanitaria, mientras miles son desplazados y los servicios médicos colapsan
En medio de una ofensiva cada vez más agresiva, un ataque aéreo israelí destruyó la madrugada del domingo parte del hospital bautista Al-Ahli, el último centro médico que aún funcionaba en la Ciudad de Gaza. La iglesia anglicana de Jerusalén, que administra el hospital, denunció que el personal solo recibió 20 minutos de aviso antes del bombardeo. La evacuación urgente dejó a un niño fallecido por falta de oxígeno y frío extremo.
Partes vitales del hospital, como la sala de urgencias y la recepción, quedaron gravemente dañadas, mientras que el laboratorio genético de dos plantas fue completamente destruido. La iglesia contigua de San Felipe también sufrió daños.
El ejército israelí declaró que el ataque tenía como objetivo un supuesto “centro de comando de Hamas” dentro del hospital, pero no presentó pruebas. Hamas negó la utilización del lugar con fines militares.
La situación médica en Gaza es crítica: la Organización Mundial de la Salud confirmó que la farmacia del hospital quedó “fuera de servicio”, 50 pacientes fueron reubicados, y otros 40 críticos no pudieron ser evacuados. Además, Israel ha bloqueado misiones humanitarias para el reabastecimiento de hospitales.
“Esperábamos morir dentro del hospital”, dijo Mohammed Abu Naser, uno de los pacientes, a CNN. “No tenemos más opción que salir del país para recibir tratamiento”.
Desde octubre de 2023, este es el quinto ataque registrado contra el hospital Al-Ahli. Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. Reino Unido, Qatar y Arabia Saudí condenaron el ataque, mientras que la comunidad médica mundial alzó la voz ante la destrucción sistemática de centros sanitarios.
La expansión de la ofensiva israelí no se detiene. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirman haber completado la ocupación del eje de Morag, dividiendo Gaza y aislando aún más a Rafah. Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa israelí justificó las acciones como parte de la presión para liberar a los rehenes israelíes.
La violencia continúa escalando. Según informes, más de 90 objetivos fueron bombardeados en 48 horas. En Deir al-Balah, un ataque aéreo mató a siete personas, seis de ellas hermanos. Otro impacto alcanzó el edificio municipal, acabando con un alto funcionario del Ministerio de Justicia de Hamas.
Mientras tanto, en una señal propagandística, Hamas publicó un segundo video de prueba de vida del rehén estadounidense-israelí Edan Alexander, quien pidió ayuda al expresidente Donald Trump para lograr su liberación.
La ONU calcula que cerca de 400.000 personas han sido desplazadas en las últimas tres semanas. La franja de Gaza se encuentra al borde del colapso humanitario: sus hospitales, sin suministros ni protección, se han convertido en objetivos recurrentes.