Entre guerras, inclusión y abusos: los grandes desafíos del nuevo líder de la Iglesia Católica
Robert Prevost, conocido como el Papa León XIV, asume el pontificado en medio de un escenario global convulsionado. La guerra en Gaza, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y la reelección de Donald Trump configuran el escenario internacional que deberá abordar. A esto se suma la presión interna de la Iglesia por avanzar en inclusión, atender a sobrevivientes de abusos y mantener su relevancia ante una sociedad cada vez más crítica.
Prevost, de nacionalidad peruana desde 2015, también tendrá un peso simbólico y político para el país andino. Su elección ya está siendo utilizada por sectores del poder como una estrategia para distraer la atención pública de las crisis internas. No obstante, especialistas prevén que el nuevo Papa marcará una línea clara y firme frente a la instrumentalización política de su figura, especialmente ante un Gobierno peruano cuestionado por escándalos y represión.
En el plano eclesiástico, se espera que León XIV continúe el legado de Francisco en temas sensibles como la inclusión de la comunidad LGBTIQ+ y la reparación a víctimas de abuso. Sin embargo, su liderazgo deberá enfrentar posturas conservadoras dentro de la Iglesia que resisten estos cambios.
El nuevo pontífice no solo representa a 1.400 millones de católicos en el mundo: también encarna las tensiones de una institución en plena transformación frente a un mundo fracturado por la violencia, la desigualdad y la desinformación.