Párroco del templo San Juan Bautista de Puno, reflexionó que no debemos juzgar a las personas directamente


Parroco del templo San Juan

El reverendo padre de la Iglesia San Juan Bautista de Puno, Alfredo Húngaro, en su homilía durante la misa dominical desde el Santuario Virgen de la Candelaria, explicó el Evangelio del día en el que se narra la parábola de la cizaña y el trigo. Es una parábola que habla “Del bien y el mal”.

Dijo que por medio de esta parábola Jesús, nos hace conocer la paciencia de Dios, abriendo nuestro corazón a la esperanza. Jesús cuenta que, en el campo en el que se ha sembrado la semilla buena, brota también la cizaña, un término que resume todas las malas hierbas, que infestan el terreno, pero a pesar de ello existe la calma para no arrancar el trigo junto a las hierbas malas.

Reflexionó que, siempre estamos inmersos a lo bueno y lo malo, “Muchas veces nos podemos preguntar del porque existe el mal, porque hay tantos desastres, porque hay tantas muertes y también podemos pensar que la vida existe el bien y el mal, gente buena y mala, esto son dos modos de pensar a lo largo de los años” señaló

Así mismo, recalcó que en la vida no somos serenos ni pacientes, nos dejamos llevar rápidamente por lo que sentimos, no sabemos controlar nuestras emociones y muchas veces echamos la culpa a los demás sin darnos cuenta de nuestros errores, “Si nosotros tuviéramos tranquilidad y esa serenidad podríamos tener ese sentido de confianza y fe” reflexionó.

Finalmente, señaló que, a lo largo de nuestras vidas, hay una manifestación de pedir perdón y ser conscientes de nuestras acciones, Jesucristo espera que haya un proceso de arrepentimiento en todos nosotros. No debemos juzgar a las personas directamente antes de conocer la verdad porque nadie es perfecto en esta vida.