Manuel José Antonio Encinas Franco, un desafío para los maestros del Siglo XXI.
Por: José Calisaya
En el Cementerio el Ángel, de Lima, existe un epitafio que reza: «El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de Escuela», mensaje que está plasmada sobre la loza que cubre los restos mortales del maestro Manuel José Antonio Encinas Franco; el referido texto fue extraída de la carta dirigida a los maestros del Perú, cuando retornó de su primer exilio en 1930.
El Maestro Encinas falleció un día como hoy, 10 de julio de 1958 en la ciudad de Lima; con ese motivo el Ministerio de Educación en 1969 declaró esa fecha como “Día del Maestro Encinas” de conformidad a la Resolución Ministerial N.º 0789-1969, señalando que en todos los centros educativos de la república «se realicen actuaciones que honren su memoria y recuerden su obra». Lamentablemente, esa fecha pasa desapercibida, pero sigue siendo un excelente motivo para recordar al «Maestro de los maestros peruanos», porque en su vida entera mostró su extraordinaria calidad humana, ejerciendo con alta responsabilidad el sacerdocio de la docencia.
En 1936 publicó su obra higiene mental, dedicado a los padres de familia, es un compendio de vida, que refiere sobre la función de la familia en la sociedad, y los padres en casa, el trato de padres a hijos, su comprensión y ternura para el niño, para usar una comunicación directa y persuasiva; “Higiene mental”, induce a los padres a asumir su responsabilidad plena en tres dimensiones: responsabilidad en la casa, en el desenvolvimiento profesional y frente a la sociedad.
En 1932 publicó su obra: “Un ensayo de escuela nueva en el Perú”, considerada como un clásico de la cultura educativa peruana del siglo XX. En dicha producción literaria, Encinas presenta al maestro como un ciudadano que ocupa un lugar honorable como impulsor de la democracia en la sociedad; además sostiene: “el aprendizaje no debe ser pasivo, ni autoritario por parte del docente, sino, un proceso donde los niños tengan un trato de igualdad y respeto entre ellos, cultiven el sentido de la creatividad, imaginación y que el aprendizaje les lleve a sus propios descubrimientos, lugar donde su voz y participación debe ser activa, arriesgada en explorar las rutas de la curiosidad en el proceso de un aprendizaje significativo, sostenía que: “El niño no está al servicio de la escuela; la escuela está a su servicio”, “la mejor lección es un proyecto de trabajo y el mejor examen, su ejecución”. Por estas consideraciones, el maestro Encinas resalta la labor del docente como ente activo y enfatiza la relevancia del pensamiento crítico, la misma que puso en práctica en el Centro Escolar de Varones N.º 881 de Puno.
El patrimonio intelectual que ha dejado Encinas, merece la atención de los maestros del siglo XXI, desde la vertiente educativa para el análisis, debate y práctica de los postulados del maestro. Por lo manifestado, los estudiantes de Educación Pedagógica Superior, que plasman su formación profesional en la docencia, deben abordar el estudio a José Antonio Encinas desde un enfoque histórico, que comprende su performance: su docencia en el Centro Escolar N.º 881 de Puno, por otro lado, los estudios superiores en Lima y el extranjero, la actividad política y como Rector de la Universidad de San Marcos y finalmente, la incondicional defensa a los indígenas en la reivindicación de sus derechos.
La labor de los maestros en la actualidad tiene mayor responsabilidad frente a la educación y formación de los futuros ciudadanos, dentro de un contexto donde el avance de la ciencia y los aparatos tecnológicos parecieran dominar al hombre; los desafíos y retos para los maestros del tercer milenio son serios, por lo que es imprescindible renovar nuestra vocación y apostolado educativo permanentemente con fervor, para así honrar y engrandecer al Magisterio Nacional. Bajo los postulados pedagógicos a los que Encinas refería: “El maestro, antes de ser un erudito es un estratega que permite desarrollar las competencias de sus educandos; antes de lùcir su elocuencia es un problematizador, para promover la duda científica a través de la fecundación dé conflictos cognitivos para generar nuevos aprendizajes por consiguiente, nuevos conocimientos”.
Los padres de familia y la sociedad confía en los maestros, porque en sus manos está el presente y futuro del desarrollo familiar y social, para la liberación moral de nuestro pueblo y la salvación de nuestra Patria de esta crisis generalizada que vivimos.