Señalan que uno de los factores para que continúe el problema de la anemia, además de la ausencia de hierro, son los problemas ambientales y socioeconómicos.
Óscar Paredes, docente universitario, habló sobre el documento que fue publicado en el año 2020, donde da a conocer sobre el consumo del agua con alta concentración de arsénico el cual provocaría anemia infantil.
En ese marco señaló que uno de los factores para que continúe el problema latente de anemia, además de la ausencia de ferropenia (hierro) en la región, son los problemas ambientales y socioeconómicos.
Puntualizó que en muchas localidades se ha detectado arsénico en el agua que consume la población, en ese sentido señaló que, según los parámetros físicos -químicos del Ministerio del Ambiente en 2017, establece que por un litro de agua se tendría que tener 0,01 miligramos de arsénico, sin embargo, en diferentes provincias como San Román el 96% de las muestras levantadas de agua de poso se ha detectado de 50 a 100 miligramos por litro.
En la misma línea, refirió que se tiene el pensamiento que la anemia es solo un problema médico, “se tiene esa mala información y al tener esta situación se piensa que se puede atacar la anemia repartiendo en los establecimientos de salud micronutrientes como las “chispitas” que a través del tiempo no ha tenido el impacto esperado”, puntualizó.
En la parte final, resaltó el último reporte ENDES 2022 del Instituto Nacional de Estadística e Informática, donde se reportó que 7 de cada 10 niños continuaba teniendo anemia en la región de Puno.
